Os compartimos unas reflexiones sobre esta comedia de nuestro Siglo de Oro que nos ha proporcionado José Antonio Alcaide, profesor de nuestro centro.
"El núcleo de la dificultad de la comedia radica en el
conflicto entre honor y amor que desordena y atormenta a los personajes que lo
padecen, pero solo hasta cierto punto, pues no se trata de un conflicto
insoluble de consecuencias desoladoras o irremediablemente tristes.
Aquí se permite que el ingenio y la fidelidad del criado
Tristán resuelvan la dificultad que aparta a la casta y altiva condesa Diana de
su secretario, Teodoro, y que este vea su empresa de conquistar a su señora
satisfactoriamente lograda.
Para que Teodoro quede acreditado como enamorado merecedor
del favor amoroso de su señora, Teodoro le confiesa a ésta la verdad del
embeleco urdido por su criado para convertirse en un señor con título. Y Diana,
con la protección pública que le suministra el embeleco de Tristán y la
profesión de hombre verdadero que exhibe Teodoro, por fin depone los rigores
del honor que tan necesarios son -según se dice- para frenar locuras pero tan
aborrecibles resultan a los deseos amorosos que mueven el alma.
El amor vence al honor pero sin que éste resulte
menospreciado o desechado. No es esta una obra romántica donde la pasión se
impone sin miramientos sobre la razón y las leyes sociales juzgadas opresoras
de la grandeza del hombre. Aquí Diana y Teodoro se gozarán amorosamente
disfrutando del puesto encumbrado que su privilegiada posición social les
confiere. De cuyo principio rector, el honor, parece burlarse Lope pero sin
pretender socavarlo o derribarlo. Hay una aceptación de la sociedad señorial en
que se vive, pues si una burla parece el embeleco urdido por Tristán a la vez
es un reconocimiento del orden social establecido, necesario (este embeleco)
para que el concierto amoroso de su señor Teodoro y de la condesa Diana tenga
lugar.
Otro asunto es el amor que dicen experimentar los
personajes. El amor de Teodoro oscila entre la criada Marcela y su señora
Diana. ¿Y cómo es el amor de Diana, de la casta y altiva condesa? ¿Es amor que
solo se dispara con los celos que le suministra Teodoro?
Desde luego no estamos ya en el mundo social retratado en la
novela del s. XV, donde la clase aristocrática regente vive atenida a un código
del honor tan férreo e inflexible que declara como su principal enemigo al amor,
de modo que las pretensiones amorosas del enamorado (Leriano en La Cárcel de Amor), por honestas,
consideradas y justificadas que estén, y por supuesto perteneciendo el
enamorado a la misma clase social encumbrada que su amada (Laureola en la obra
citada), se estrellan contra un muro de rechazo que no hay medio de perforar y
que conducen al enamorado a una muerte extraviada y exhibicionista y todo,
repito, por culpa de ese honor que no permite la sombra menos nociva que lo
infame y contra el que, a diferencia de la condesa Diana, no protesta la
protagonista femenina que es, por el contrario, su defensora más eficaz."