"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca" (J.L. Borges)

miércoles, 8 de junio de 2022

Reseña sobre el Perro del Hortelano de Lope de Vega


 Os compartimos unas reflexiones sobre esta comedia de nuestro Siglo de Oro que nos ha proporcionado José Antonio Alcaide, profesor de nuestro centro.

"El núcleo de la dificultad de la comedia radica en el conflicto entre honor y amor que desordena y atormenta a los personajes que lo padecen, pero solo hasta cierto punto, pues no se trata de un conflicto insoluble de consecuencias desoladoras o irremediablemente tristes.

Aquí se permite que el ingenio y la fidelidad del criado Tristán resuelvan la dificultad que aparta a la casta y altiva condesa Diana de su secretario, Teodoro, y que este vea su empresa de conquistar a su señora satisfactoriamente lograda.

Para que Teodoro quede acreditado como enamorado merecedor del favor amoroso de su señora, Teodoro le confiesa a ésta la verdad del embeleco urdido por su criado para convertirse en un señor con título. Y Diana, con la protección pública que le suministra el embeleco de Tristán y la profesión de hombre verdadero que exhibe Teodoro, por fin depone los rigores del honor que tan necesarios son -según se dice- para frenar locuras pero tan aborrecibles resultan a los deseos amorosos que mueven el alma.

El amor vence al honor pero sin que éste resulte menospreciado o desechado. No es esta una obra romántica donde la pasión se impone sin miramientos sobre la razón y las leyes sociales juzgadas opresoras de la grandeza del hombre. Aquí Diana y Teodoro se gozarán amorosamente disfrutando del puesto encumbrado que su privilegiada posición social les confiere. De cuyo principio rector, el honor, parece burlarse Lope pero sin pretender socavarlo o derribarlo. Hay una aceptación de la sociedad señorial en que se vive, pues si una burla parece el embeleco urdido por Tristán a la vez es un reconocimiento del orden social establecido, necesario (este embeleco) para que el concierto amoroso de su señor Teodoro y de la condesa Diana tenga lugar.

Otro asunto es el amor que dicen experimentar los personajes. El amor de Teodoro oscila entre la criada Marcela y su señora Diana. ¿Y cómo es el amor de Diana, de la casta y altiva condesa? ¿Es amor que solo se dispara con los celos que le suministra Teodoro?

Desde luego no estamos ya en el mundo social retratado en la novela del s. XV, donde la clase aristocrática regente vive atenida a un código del honor tan férreo e inflexible que declara como su principal enemigo al amor, de modo que las pretensiones amorosas del enamorado (Leriano en La Cárcel de Amor), por honestas, consideradas y justificadas que estén, y por supuesto perteneciendo el enamorado a la misma clase social encumbrada que su amada (Laureola en la obra citada), se estrellan contra un muro de rechazo que no hay medio de perforar y que conducen al enamorado a una muerte extraviada y exhibicionista y todo, repito, por culpa de ese honor que no permite la sombra menos nociva que lo infame y contra el que, a diferencia de la condesa Diana, no protesta la protagonista femenina que es, por el contrario, su defensora más eficaz."

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